lunes, 4 de noviembre de 2013

Trabajar con SII, cosas y casos.

trabajos duros
trabajos duros
Los síntomas del SII en muchas ocasiones nos ponen en aprietos, desde el "rugir de tripas" al dolor agudo o la urgencia por tener que ir al aseo, pasando por los molestos gases ( más si deciden salir sin avisarnos y cuando no deben).Ya sabemos que no es fácil convivir con el SII y la parte laboral no va a ser menos, (sería por otra parte muy cruel que solo nos afectase al tiempo de ocio...) En las cuestiones legales ya hemos recalado en otra ocasión y hoy en el blog de aesii se amplía un poco más, así que iré a cuestiones más subjetivas y personales. He desempeñado diferentes trabajos, con diferentes responsabilidades, necesidades, horarios y destinatarios finales(clientes,alumnos, espectadores, lectores) y el SII me ha acompañado en todos ellos con mayor o menor incidencia si bien nunca ha desaparecido por completo y haciendo balance ha sido más influyente y peor de llevar en uno que suponía una gran tensión todos los días o al menos no había día sin incidencia seria. Por el contrario en tareas que suponían esfuerzo físico sin más complicación( o diferente complicación) mi SII parecía que me otorgaba un descanso, me permitía pasar jornadas enteras con poco más que un leve dolor o un despertar agitado, lo que para el común de los mortales podría ser un inicio de mañana algo revuelto era en esos momentos para mí una bendición, porque de los días malos ya ni hablamos que todos hemos pasado por ellos. ¿Influía el estrés? pues sí claro que influía, y el ejercicio físico de ciertos trabajos aliviaba esa tensión emocional si bien había dos momentos claves: el transporte hacia el trabajo y las jornadas de larga duración. Toso nos hemos visto con cara de póquer a la hora de enfrentarnos por la mañana al trasporte público aún por corto que sea el desplazamiento, es más el vehículo privado suele ser el método más escogido e incluso en grandes ciudades la moto permite una movilidad en atascos que nos "resulta" imprescindible porque bajo ningún concepto queremos quedarnos atrapados en un autobús urbano en un atasco o un parón en el Metro o el Cercanías, así que en ocasiones solo el ir hasta el trabajo es ya una tarea ardua y a veces titánica. Luego cada empresa es un mundo, cada edificio un microcosmos y cada compañero de trabajo es ...(aquí adjetive cada cual según sus experiencias), así pues no hay dos trabajos comparables, las circunstancias favorables en uno pueden ser contraproducentes en otro, y los cambios de rutina son especialmente agresivos con nosotros. Establecemos rutinas, a veces rozando la obsesión, con el fin de realizar nuestra tarea lo mejor posible, evitar imprevistos y si surge al necesidad de tener que acudir al aseo repetidamente que parezca lo más natural del mundo ( que en el fondo no deja de ser natural). Creamos un entorno de autoprotección, una zona segura tanto física (revisamos el aseo, idas y venidas, accesos al mismo, limpieza, si hay o no gente) como psicológica (nos premiamos si la jornada ha pasado sin sobresaltos, nos enfadamos si hay dolor o hemos de acudir al aseo de forma imprevista y urgente), es decir convivimos con una enfermedad crónica intestinal cuya sintomatología nos obliga a satisfacer necesidades fisiológicas que requieren de intimida, higiene y tranquilidad, y eso en algunos entornos laborales es a veces imposible y muchas veces difícil y estresante. ¿Resta el SII productividad? yo creo que sí, pero también el compañero chistoso, el que llega tarde siempre, el que no acaba las tareas, el que siempre está de  mal humor y para colmo a nosotros a veces nos da por hacer de más, para compensar, como cuando un gato te trae el ratón que ha cazado para decirte "Hey, hago mi trabajo", pero claro no somos gatos, somos ciudadanos de pleno derecho que si bien no podemos dejar de hacer siempre que nos duela algo, tampoco tenemos que cuando nos veamos bien querer suplir al resto de la plantilla. Es normal querer hacer las cosas bien y es también normal frustrarse cuando no podemos dar el 100%, pero ojo, ese "darlo todo" no es real a todas horas, ni todos los días y mucho menos si solo lo evaluamos nosotros. Nos puede parecer que hacemos poco o mucho, pero salvo que seas tu propio jefe esa valoración rara vez va a coincidir.  Cuestión aparte es cuando por el SII no puedes acudir a tu puesto de trabajo porque no hay flexibilidad, es decir tienes que estar a una hora empezar y acabar y no hay nada que puedas hacer , si a las ocho de la mañana estás atado al wc y tu tarea es a las ocho de la mañana has perdido ese tiempo, y en el mundo laboral perder horas y días es complejo , salvo si tu empresa es tan generosa que no le importa , previo descuento económico, así que te sale cada movimiento intestinal a 6 euros...Luego tiempo tendrás de explicarle a tu jefe qué te pasa y porqué has llegado tarde o no has podido empezar la tarea e incluso has perdido el día. Y no es fácil en estos tiempos que corren decir no a un trabajo, pero en ocasiones hay tareas que con un SII son irrealizables, afortunadamente no muchas, pero la presión por la crisis sobre los trabajadores están llenando las consultas de los digestivos por problemas  gástricos derivados del estrés. En mi caso he desempeñado muy diferentes tareas y siempre el SII ha influido en mis resultados, de forma negativa,pero también he intentado no compensar y no renunciar  a mis derechos porque a veces queremos ir más allá de lo que podemos y entonces el fracaso puede ser mayor, claro que esto último es aplicable para cualquiera porque no dejamos de ver a gente que sufre grandes decepciones por culpa de expectativas lejos de la realidad. Curiosamente la rutina laboral alivia los síntomas del SII, siempre y cuando el entorno laboral no sea agresivo, de manera que muchas veces el mismo proceso laboral es responsable de que no podamos llevarlo a cabo con exactitud, pero repito que eso no es exclusivo de quienes padecemos una enfermedad crónica, es un fenómeno muy común en empresas sin control o mal organizadas. Las circunstancias de cómo cada cual vive la enfermedad son tan variadas que mezcladas con el ámbito laboral aumentan la complejidad. Cada uno tiene en mente situaciones, a veces incluso solo figuradas, relacionadas con su SII y su entorno laboral, sus miedos, temores y mucho más ahora cuando a veces el perder el puesto de trabajo resulta tan arbitrariamente fácil y no hay una receta común, quizá solo hay un consejo útil y no siempre ni en todas las ocasiones : "Se tu mismo", porque meterse en piel ajena nunca ha sido fácil, ni suele salir gratis.
En cualquier caso y como resumen mi caso personal tampoco es relevante o "tipo" por la variedad, lo específico de lagunas trabajos y por otras circunstancias personales, aunque si tengo claro que es el mercado laboral en crisis mucho más responsable de la falta de empleo que cualquier enfermedad o circunstancia personal.

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