viernes, 9 de diciembre de 2016

Un día más en la oficina


"El que espera desespera", eso dice el refrán y a veces en el caso de estar esperando solución, consejo, ayuda, ánimo y una pequeña ayuda es más que cierto. Ando esta temporada confundido y enojado a partes desiguales. Por un lado he solucionado varios temas de salud causados por mi vida desordenada y caótica  poniendo de mi parte todo lo que puedo  que es mucho comparado con lo que a veces quiero poner, porque cansa uno del buen ánimo las frases hechas y los lugares comunes respecto a la enfermedad. Me aburre sobremanera la falta de madurez, me aburre el sálvese quien  pueda (pagarse un médico privado) y me aburre el eterno : "No es grave". Llega uno a un cansancio atroz, acabas por desoír consejos a veces adecuados, pautas y sobre todo te cansa que a nada que lees noticias la desinformación científica es enorme. Un recentísimo caso sobre enfermedades raras y donaciones para una operación "sin precedentes" ha sido la guinda del pastel. Prensa, medios, comunicadores y decenas de miles de blogueros ("semos legión") seducidos por una delirante historia mientras lo diario, lo doméstico, lo "normal" se atasca en listas de espera, mala praxis, dudas, desidia y apatía. parece que si la enfermedad que sufres no es "interesante"  ahí te pudras, vas a consulta y te dicen :
Ah sí, lo del colon irritable  -Vale sí , ya sabemos todos lo que es, ¿me puede escuchar para que le  cuente cómo estoy pasando el año? .- Ah sí, pero uff eso, eso... eso es malo de pasar, ¿qué necesitas?
.- Pues nada , con un millón de euros y morfina, mucha morfina,  creo que hago el mes. 


pastillero

Claro, sales con antiespasmódicos,  rifaximina, un electro y un análisis de orina y sin un euro pero eso ya no es culpa de nadie. Sales y paseas y analizas cómo va el año y contabilizas pruebas y esfuerzos y renuncias, porque la calidad de vida mermada implica renuncias, de todo tipo, sociales, personales , laborales  y aún y así has de poner buena cara porque siempre hay otro peor que tú, fijo.  Además estás en un país con sanidad pública y ya llevas hechas pruebas que suponen miles de euros que de otra manera quizá no podrías pagar (acabas de rechazar un pequeño trabajo porque no puedes ir hasta allí y asegurar que podrás permanecer)  y paseas. Paseas mucho o eso crees porque desde hace tiempo, quizá dos años, ya no paseas tanto, vale que a Aristóteles el peripatetismo le funcionaba, pero no le dolía la fosa ilíaca izquierda tanto como a ti. Y te sientas al ordenador y tienes tres correos electrónicos, contestas ayudas como puedes y buscas una foto para publicar, y sabes que es posible que de los tres ninguno te de ni las gracias, o peor aún le parezca poco lo que recibe o sea de los que te ponen "escríbame, es importante" y claro, lo importante y lo que tiene importancia son tan subjetivos que no escribes ( mísero de ti) , mientras recuerdas que tal o cual quedó en que en breve te enviaba información que nunca llega pero se te inunda la retina de remedios, alimentos tóxicos, energías telúricas sin parangón ( pero de alto precio) , conductismo, manejo de vértebras y artículos de prensa generalista que demuestran que ya se habla del tema, fatal, pero se habla y parece que mil lectores ya no es una cifra imposible cuando empezaste con cuarenta, pero todo te parece poco, todo es ínfimo, lento y pesado y llegan las fechas entrañables y aunque hoy te habías levantado feliz sabes que sigue ahí la renuncia a mucho, a muchísimo , el dolor que no cesa, la furia de sentirse mal, la envidia del que se ve bien y nada le afecta, el miedo al futuro y las entradas a un concierto que acabas de rechazar porque sabes que no aguantarás aunque ni lo vas a intentar y todo esto lo piensas mientras has ido seis veces al baño y ya es lo normal aunque a otra persona la habrían ingresado  y a ti ya hasta el espejo te mira con indiferencia pero respiras pausado porque de esto no te vas a morir, quizá de asco, de soledad o de pena, pero no, de esto no.